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Perdido en las Pampas

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Perdido en las Pampas

Lost in the Pampas / Verloren in der Pampa

Cuando un alemán aparece tras una larga ausencia, suele preguntársele si estuvo “perdido en las Pampas”. La pregunta va mucho más allá si estuvo extraviado en “cualquiera de las llanuras extensas de América Meridional que no tienen vegetación arbórea”. Pampa evoca una sensación de infinito, esa extraña dimensión del tiempo y espacio que me invade cuando me pierdo dentro de mí mismo. Cuando mi equilibrio se torna increíblemente frágil, cuando siento que piso aire embarrado y el horizonte siempre está en la dirección opuesta a donde voy.

Estar perdido en lo que Atahualpa Yupanqui llamo “cielo al revés” causa más vértigo que en una región montañosa, todo está a la vista y sin embargo sigo sin encontrar rumbo. Todo parece suceder más allá, hasta mis sueños parecen muy pequeños y lejanos. Transitar jornadas enteras sin llegar a ningún sitio, ni físico ni mental, me lleva a pensar que si Colón hubiese nacido aquí, jamás hubiese siquiera sospechado de la redondez terráquea.

Para los quechuas, la pampa era el llano; para otros lisa y llanamente son claridad, franqueza y sencillez, tan entrañables en este estado de falta de direccionalidad. Necesarias para no tener que reinventarme o masacrarme a diario, y no sentir que he de empezar de cero todas las mañanas.

Para seguir creyendo que aún puedo ver, aunque ya no quede más luz.

“La paz, la tranquilidad y la felicidad habitan solo allí donde no hay ningún dónde ni ningún cuándo.” Arthur Schopenhauer – Paralipomena, # 30, p. 57